Soledad está sentada, observando a los compañeros de trabajo, cuando sale con ellos, al momento de platicar y durante las actividades del día, sólo los mira, en silencio.
Soledad en el auto, observa a los demás. Enciende la radio para no estar en silencio pues le inquieta demasiado.
Soledad en el camión duerme un rato, ya que la gente le incomoda, a veces despierta cuando se da cuenta que a las personas no les importa su presencia.
Soledad está con sus familiares, sabe que en algún instante no sentirá la compañía de los mismos. Sabe que en cualquier momento sentirá la ausencia de amigos, familia y amantes.
Fotografía: Mario M. |
Soledad se conjuga con el cuerpo, ese que acompaña todo el día, observando y siguiendo muy de cerca sus sentimientos; en el coche, en el camión, en el trabajo, en la escuela o en su casa desde hace ya muchos años, esperando el momento oportuno, una pequeña rendija para ocupar el alma de esa persona. Será por unos instantes, por unas horas o por algunos días. No importa. Soledad es una compañera incesante e incansable en su trabajo, es una sombra casi transparente que a pesar de ello, no tiene miedo a desvanecerse.
Soledad duerme un rato, esperando a que esa persona vuelva a despertarla para ser de nuevo, su única compañera.
Mario Morales
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