domingo, 31 de enero de 2021

Entrenamiento de la fuerza en los 800 metros planos

 Entrenamiento de la fuerza en los 800 metros planos

Mario Morales

El atletismo es una de las disciplinas de más antigüedad, no sólo como práctica deportiva, sino como una serie de movimientos de necesidad humana, tales como son caminar, correr, saltar o lanzar. Dicho lo anterior, podemos entender que sea un deporte fácil de realizar y con gran adaptabilidad de entrenamiento, sin embargo, hoy en día para muchos entrenadores y deportistas el entrenamiento de distintas capacidades requeridas para el mismo se ha visto afectado en muchas ocasiones por la monotonía y el desconocimiento de distintos ejercicios para poder desarrollar algunas capacidades.


Este documento se centrará en unas de las pruebas dentro del atletismo que quizá mayor reto representa para un plan de entrenamiento debido al equilibrio necesario entre fuerza, resistencia y velocidad, los 800 metros planos, a su vez ésta es una prueba de medio fondo, esto quiere decir que las vías energéticas utilizadas durante el desarrollo de esta competencia son la aeróbica y la anaeróbica y específicamente para la prueba de 800 metros planos es necesario un gran control y entrenamiento de las mismas pues como menciona Coe (2007), un corredor de esta distancia debe tener la capacidad de correr los 400 m alrededor de los 46 segundos y una resistencia a la velocidad para correr una milla a nivel mundial.


Si bien, las marcas mencionadas anteriormente van acorde a un atleta de alto rendimiento, se puede interpretar que es necesario tener desarrolladas las capacidades de resistencia y velocidad para un rendimiento adecuado en la prueba, aunque distintos estudios consideran la prueba como prueba de velocidad prolongada, como una mezcla de velocidad prolongada y medio fondo o como una prueba completamente de medio fondo (Pérez, 2009). Cabe recordar que esta disciplina hace uso de las vías aeróbica y anaeróbica por lo tanto es reconocida oficialmente como una prueba de medio fondo, algunos autores han marcado los diferentes porcentajes aeróbicos-anaeróbicos que se utilizan durante las competencias siendo algunos Hawley (2000) 60%-40%, Zhelyazkov (2001) menciona 25%-75%, en tanto que Horvill (2003) 67%-33%, así mismo Coe y Martin (2007) indican 57%-43%.


A lo largo de los años se han creado distintas estrategias para el entrenamiento de ambas capacidades, ya que en las pruebas de pista podemos observar con mayor facilidad que pueden ser determinantes en las competencias, sin embargo la velocidad y la resistencia no son las únicas capacidades que se desarrollan en los atletas de talla internacional pues aunque poco mencionadas las capacidades de la flexoelasticidad y la fuerza son necesarias como complemento para un mayor rendimiento durante la competencia.


La fuerza y la flexoelasticidad son capacidades que sobretodo a nivel amateur son pocas veces entrenadas y desarrolladas ya sea por desconocimiento de los atletas o por una falta de estrategia por parte del entrenador, pero para tener una mejor idea de porqué es necesario el entrenamiento de cada una, definiremos el concepto de todas las capacidades físico condicionales.


Debemos entender las capacidades físico condicionales como las capacidades que no implican acciones conscientes y que dependen de la eficiencia energética del metabolismo (Cruz, 2019).


Resistencia: La resistencia se puede definir como la capacidad psíquica y física que posee un deportista para resistir la fatiga (Weineck 1992).


Velocidad: La velocidad es la cualidad que posee el sujeto para realizar uno o varios movimientos en el menor tiempo posible, pudiendo ser o no un desplazamiento (Morente, Benítez y Radabán, 2003).


Flexoelasticidad: Se puede definir como la capacidad para desplazar un segmento o parte del cuerpo dentro de un arco de recorrido lo más amplio posible manteniendo la integridad de las estructuras anatómicas implicadas (Lluciá, 2001).


Fuerza: La fuerza es la capacidad que tiene el hombre para vencer o contrarrestar una resistencia externa a través del esfuerzo muscular (Cadierno, 2003)


Con las cuatro capacidades identificadas y retomando la falta de entrenamiento de dos  de ellas, el siguiente análisis se centrará específicamente en una: la fuerza. Esta capacidad puede ser un factor que inhibe el progreso de esta disciplina en algunos lugares como asegura el artículo “Australian Men´s 800m, 40 Years Old Record” donde aunado a otros “la falta de corredores de 800 metros con verdadera fuerza y resistencia” (Chisolm, D. 2008) es una de los factores que impiden el progreso de dicha disciplina.


Aunque la fuerza tiene distintas clasificaciones, el tipo de fuerza que debe ser desarrollada generalmente para un mayor rendimiento en la prueba de 800 metros planos debe ser encaminada a una relación bilateral con el trabajo de resistencia ya que como menciona  Pérez (2009) el trabajo unilateral de la resistencia y la fuerza produce distintas adaptaciones fisiológicas en el organismo, mientras la fuerza produce hipertrofia muscular y favorece el almacenamiento de ATP-CP en el citoplasma de la célula muscular, el entrenamiento de la resistencia produce un aumento de las enzimas oxidativas y de la hemoglobina favoreciendo así el metabolismo aeróbico.


Es entonces cuando aumenta la complejidad para los entrenadores de realizar una planificación de entrenamiento íntegro de las cualidades físico condicionales partiendo del razonamiento de que un atleta “corredor” está acostumbrado a ejercicios que vayan encaminados a su memoria muscular, por otra parte para el entrenador puede resultar complicado también encontrar ejercicios dentro de sus entrenamientos que no sobrecarguen al atleta.


Pérez (2009) agrupa los distintos grupos de ejercicios como los más generalizados para el entrenamiento de la fuerza específica de los atletas de 800 metros planos:


  • Entrenamiento en cuestas

  • Entrenamiento en circuitos

  • Desarrollo de la fuerza elástica

  • Trabajos de fuera para mejorar la técnica de carrera

  • Desarrollo de la fuerza con ejercicios tradicionales de halterofilia e isométricos


Este tipo de entrenamientos, son recurrentes y tienen una gran adaptabilidad a los entrenamientos planificados por el entrenador, algunos de ellos incluso pueden ayudar a otros aspectos como la técnica, la resistencia o la velocidad durante su ejecución.  


También podemos agrupar algunos de los entrenamientos para distintas etapas de la planificación de entrenamiento, de grupos musculares que se requieran trabajar o del tipo de fuerza que se requiera desarrollar.


El entrenamiento de la fuerza en cuestas es un método para desarrollar la fuerza general de manera fácil para un atleta que se encuentra en una pretemporada o que aún no realiza entrenamientos más complejos para la fuerza. Además en un entrenamiento que no requiere  de distintos movimientos que los memorizados para correr.


El entrenamiento en circuitos también puede ser utilizado como un preámbulo de la temporada de competencias, estos ejercicios también tiene gran adaptabilidad ya que pueden ser implementados con el peso corporal o con implementos, con distintos métodos de descanso o de repeticiones o para fuerza muscular general o algún grupo en particular.


El el desarrollo de la fuerza elástica se encuentran entrenamientos aún generalizados donde se pueden desarrollar fuerza y resistencia o fuerza explosiva dependiendo de la carga de trabajo que se haya programado.


Los trabajos de fuerza para mejorar la técnica de carrera suelen utilizarse incluso como parte del calentamiento específico de los atletas, aunque con una carga reducida, sin embargo también son utilizados como parte principal de un entrenamiento debido a que ayudan en gran parte al mejoramiento de la técnica de carrera del atleta, también ayudan al mejoramiento de la coordinación y dependiendo de la carga pueden complementar un trabajo de resistencia.


Los entrenamientos que incluyen el desarrollo de la fuerza con ejercicios tradicionales de halterofilia e isométricos se utilizan comúnmente como trabajo de fuerza explosiva o fuerza máxima en etapas cercanas a la competencia, aunque también se programan como trabajos de fuerza general o para ciertos grupos musculares.


Documento completo con fichas RAE en el siguiente enlace: https://www.academia.edu/s/53050a0e9d?source=link



sábado, 1 de agosto de 2020

Un año después

Lo que pasha es que estoy perdido.

Estoy perdido. Pero no en uno de esos abismos donde te sientes inquieto porque no encuentras salida, sino perdido en un lugar, el lugar más cómodo en el que soñarías estar y del cual sabes que puedes salir y huir cuando quisieras aunque no lo haces porque estás tranquilo.

Perdido en todos los lugares donde nos encontramos, porque el tiempo pierde significado pues corre más rápido cuando quiero que vaya lento, y, a veces, también se detiene, se paraliza la imagen nítida de esa persona haciendo ademanes extraños, curiosos y viciosos ejecutados espontáneamente frente a mí mientras un fondo desenfocado sigue su curso rompiendo ante mis ojos la realidad espacio-tiempo como la conocemos.

Me siento perdido en esta personalidad, en el descubrimiento de la misma que algo nuevo tiene que enseñarme día con día, y no conforme con eso, tiene que sorprenderme, pues aunque siempre parezca estar seguro de conocerla, algo cambia. Es obvio que no cambia, sino que lo hace mi percepción sobre ella, y al mismo tiempo desconcierta mi ego de creer tener el conocimiento sobre las personas y su actuar ante distintas situaciones provocándome cierta "inseguridad", grata inseguridad desconocida que tranquiliza mis ansias de querer mantener todo bajo control.

Tiempo después, ya no estoy perdido en una personalidad desconocida a pesar de seguirla descubriendo, porque nunca terminas de conocer a alguien, sino perdido en un vaivén de sentimientos y emociones que parecen imperar por el emparejamiento de dos personas con un orgullo agigantado y al mismo tiempo con una bondad inquebrantable.

Parece que no estoy perdido solo, alguien me acompaña, busca también mejorar como persona y después como compañera, curiosamente, los defectos de cada uno se complementan con el otro, se aceptan, y mejor aún, las fortalezas empujan fuerte una convivencia y una relación que cuando conecta hace maravillas y hace que las horas no sean suficientes para estar juntos.

Un año ha pasado, después de un "contrato" tal vez innecesario pero también conciliador, y más tiempo aún de una relación sincera y cariñosa, de altibajos, de mucha tranquilidad después de pequeñas tormentas y de muchas cosas por mejorar aún, del choque de dos personas con vivencias totalmente distintas e ideologías opuestas en muchas ocasiones pero con ganas de aprender uno del otro. Un año singular, con un tiempo de distanciamiento que pone a prueba los sentimientos y la visión de dos personas como conjunto, y que a la vez puede ayudar a establecerse y a estrechar lazos mas fuertes que los ya existentes.

Gracias por un año de todo, por un año de estar perdido. Por un año contigo.

Te quiero




sábado, 14 de marzo de 2020

Pequeña angustia



Quisiera irme lejos
Quisiera poder dejar toda la invasión de emociones que te ataca cada segundo, que impactan de arriba hacia abajo el impulso del ser.
Quisiera huir.
Quisiera dejar de confiar en la gente.
Quisiera dejar de no confiar en la gente.
Quisiera poder hacerlo en solo una persona al menos.
Quisiera que mi mente no volara, y si lo hace, que fuera hacia el lado correcto.
Quisiera poder descansar.
Quisiera no sentir tanto.
Quisiera sentirme querido al mismo tiempo.
Quisiera no ser como soy.
Quisiera muchas cosas y no querer y esperar tantas cosas a la vez.
Quisiera que la vida retrocediera, que fuera más rápida y que fuese más simple.
Quisiera poder ser sin ser juzgado.
Quisiera ser más fuerte de lo que aparento y más débil frente a los demás.
Quisiera ser tomado en cuenta.
Quisiera que las personas se fijen más en el de un lado.
Quisiera no sentirme manipulador.
Quisiera no ofenderme.
Quisiera de verdad irme lejos y dejar atrás un sueño.
Quisiera no tener miedo.
Quisiera no sentirme una víctima.
Quisiera cosas que aún no sé.
Quisiera cosas que no me atrevo a decir.
Quisiera que nadie leyera.
Quisiera que nadie juzgara.
Quisiera ser amable.
Quisiera no querer tanto.
Quisiera irme, estar sólo y al mismo tiempo con alguien que quiera lo mismo.
Quisiera envejecer.
Quisiera no morir nunca.
Quisiera saber más.
Quisiera no ser ocioso.
Quisiera no escribir esto, pero siempre alivia.
Quisiera aprender a dejar ir.
Quisiera aprender a valorar aún más.
Quisiera dejar de pensar tanto y tantas cosas aunque sea un pequeño momento.
Quisiera aceptar.
Quisiera no hablar con nadie y hablar con todos.
Quisiera vivir muchas cosas.
Quisiera ser escuchado y ser ignorado.
Quisiera que me vieran distinto.
Quisiera que no doliera.
Quisiera dejar de sentirme traicionado por todos
Quisiera poder escribir y describir todos los pensamientos, todas las sensaciones y todas las emociones, ya que aún quedan muchas más.
Quisiera que la gente no aprendiera de mí, sería mejor que me valoraran por lo que soy.
A veces quisiera sobresalir.
A veces quisiera ser cualquier persona que sólo pasa desapercibida y feliz en el mundo.
Quisiera...




Texto personal de alguien común que quisiera muchas cosas




domingo, 23 de junio de 2019

El camino hacia... ¿Éxito o superación?

Durante cierto tiempo en algún punto de nuestras vidas no sabemos hacia donde dirigirnos, ya sea en el ámbito social, emocional o profesional, pues vivimos en una época durante la cual, aunque aparentemente hemos tenido grandes avances en apertura de diferentes temas y en materia de derechos humanos, la realidad es que, tal vez por la apertura al debate de los mismos, hemos generado preocupaciones más grandes de las que antes podíamos tener. Al decir esto, no creo que los problemas de ahora sean más o menos graves que los de hace veinte, cincuenta, cien o quinientos años, ya que somos una sociedad que se adapta y cambia mucho con el paso del tiempo y que siempre ha estado polarizada por las distintas maneras de pensar.

Ciertas enfermedades o síntomas son más comunes en la actualidad, por la manera apresurada en que vivimos y por las preocupaciones antes mencionadas, el estrés o ansiedad son algunas de ellas, así como complicaciones derivadas de las mismas u otras más serias.

Para algunos, el éxito es algo que nos han marcado desde pequeños como un máximo de superación en la vida, tener un buen trabajo donde no sufras por dinero, una familia y 'ser alguien', sin saber qué es lo que eso signifique. Y la sociedad, a lo largo de nuestras vidas, es la que nos dicta qué es ser alguien: es tener dinero, un título, hijos, coche, casarte, viajar y la lista se hace cada vez más grande. En la actualidad, se hace más latente una frase que quizá busque corregir y prevenir las anteriormente citadas preocupaciones y que con algunas variantes dice: 'haz lo que quieras mientras seas feliz' , pero ¿Qué tan real es esta frase?

Aquí comienza nuestra toma de decisiones para poder alcanzar dicho resultado, ser feliz. Como ya se ha dicho, estamos inmersos en un mundo de prejuicios, críticas y hechos que preocupan dado que ponemos en tela de juicio derechos naturales de las personas, la homosexualidad es una enfermedad, los feminicidios se normalizan, las portadas grotescas de los periódicos son un chiste común, la mitad o un poco más de la población mundial vive en pobreza extrema y se asesina a diestra y siniestra por el control de drogas, de recursos, del planeta.

Pareciera confundir con temas distintos, sin embargo todos convergen en uno mismo: la empatía. No solo con las demás personas,  sino con nuestro entorno y con nuestro planeta Tierra.

Por supuesto que debemos y merecemos ser felices, también es cierto que siempre luchamos por ser los mejores en lo que nos propongamos, y eso es parte del éxito y la superación personal, una mejor calidad de vida en parte va a depender de los ingresos que percibas puesto que la creciente globalización nos ha llevado a vivir así, entonces hay que buscar maneras de tener buenos ingresos haciendo lo que nos gusta.

Fotografía: Mario Morales


No creo en la derecha, centro o izquierda porque las ideologías en la política suelen cambiar y ser oportunistas, el pobre no es pobre porque quiere, y no creo en la igualdad de oportunidades porque desafortunadamente en mucho tiempo no será así. Creo en el trabajo comunitario, en la equidad y en la empatía porque con base en múltiples esfuerzos es que se puede lograr una sociedad exitosa.

Siempre he tenido admiración por las personas que auxilian a los demás de distintas maneras; profesores de escuelas rurales y urbanas, bomberos, voluntarios en diferentes causas, policías, personas que protegen el medio ambiente, etc. Sé que no es necesario y obligatorio el apoyo directo a las personas, sé que las acciones más pequeñas valen mucho, sé también que al ejercer una profesión u oficio automáticamente aportas en algo a la sociedad ya que es el objetivo de un trabajo, y algo que por último sé, es que poder ayudar de algún modo me hace feliz.

Aún no sé de qué manera hacerlo o si lo hago bien ahora, no sé si la forma en que quiero aportar es ejerciendo lo que estudié o siendo el mejor en lo que más me apasiona y así poder ofrecer ayuda a los demás, hay distintos modos de lograrlo y por el momento los pequeños detalles día tras día son los importantes.

Por último, creo que es totalmente válida la frase haz lo que quieras mientras seas feliz, aunque bajo ciertas restricciones como el respeto hacia los demás, sin embargo, para un servidor agregar una pequeña frase nos llenaría de total satisfacción: haz lo quieras mientras seas feliz y busca aportar con algo más a nuestro planeta, porque así y sólo así podría sentir algún tipo de superación máxima y por consiguiente el tan anhelado 'éxito'.

Mario Morales

miércoles, 10 de abril de 2019

La vida de "Chole"



Soledad está sentada, observando a los compañeros de trabajo, cuando sale con ellos, al momento de platicar y durante las actividades del día, sólo los mira, en silencio.

Soledad en el auto, observa a los demás. Enciende la radio para no estar en silencio pues le inquieta demasiado.

Soledad en el camión duerme un rato, ya que la gente le incomoda, a veces despierta cuando se da cuenta que a las personas no les importa su presencia.

Soledad está con sus familiares, sabe que en algún instante no sentirá la compañía de los mismos. Sabe que en cualquier momento sentirá la ausencia de amigos, familia y amantes.


Fotografía: Mario M.



Soledad se conjuga con el cuerpo, ese que acompaña todo el día, observando y siguiendo muy de cerca sus sentimientos; en el coche, en el camión, en el trabajo, en la escuela o en su casa desde hace ya muchos años, esperando el momento oportuno, una pequeña rendija para ocupar el alma de esa persona. Será por unos instantes, por unas horas o por algunos días. No importa. Soledad es una compañera incesante e incansable en su trabajo, es una sombra casi transparente que a pesar de ello, no tiene miedo a desvanecerse.


Soledad duerme un rato, esperando a que esa persona vuelva a despertarla para ser de nuevo, su única compañera.



Mario Morales

lunes, 1 de abril de 2019

Déjà vu de amor y costumbres

No es tan difícil despertar en la noche debido al insomnio, cuando acostado boca abajo tienes su brazo recargado sobre tu espalda o si puedes abrazarle cuando está recostada sobre su lado izquierdo dándote la espalda sin darse cuenta o con toda la intención de hacerlo. Es hasta placentero, incluso, no conseguir descanso si logras descubrir los movimientos extraños que hace al cerrar los ojos y perderse profundamente. Las noches siempre se hacen más cortas al estar a su lado mirando con atención su rostro, haciendo gestos o con la boca abierta (también es algo agradable de ver) pues podrías hacerlo por horas pensando que tan solo han pasado algunos minutos.


Se levanta antes de que oscurezca y trata de no despertarte al alzarse de la cama, pero en el baño pone música a todo volumen y canta como si fuera a entregar el último concierto de su vida, es entretenido, no te molesta, solo finges estar dormido, sale y comienza a vestirse, abres los ojos discretamente. Te levantas y haces lo mismo, es grato despertar y ver a alguien con quien desde el primer segundo vas a sonreír y ya tienen algún tema sobre el cual debatir.

Es un día libre, "deciden" que habrá en el menú del desayuno ya que siempre puedes comer "lo que sea", entonces se dispone a preparar algo tan sofisticado y simple al mismo tiempo con tal de pasar un agradable rato sentados en la mesa, mientras, sales y regresas tan rápido como puedes a realizar algún pequeño pendiente, escuchan música de tu agrado y vas de aquí para allá, más aquí que allá dado que tratas de ayudarle en lo que puedas aunque tengas la mente dispersa, si no lo logras, haces lo posible para que la preparación de los alimentos sea más amigable, buscas que mantenga durante mayor tiempo esa sonrisa que te mantiene tranquilo puesto que la misma te hace sentir vivo, bailas con ella, juegas o haces chistes ridículos.

Durante el desayuno nada importante sucede, una simple convivencia de dos personas que pueden disfrutar tanto de pequeñas conversaciones, bromas, mirar algo en la televisión o largos silencios, de esos que para la mayoría de la gente son incómodos, pero sabes que con esa persona pueden pasar simplemente porque están conectados el uno con el otro y disfrutan su presencia.

Las sillas del comedor quedaron vacías, se recuestan otro rato, no es lo mismo que a la hora de dormir porque ahora los dos tienen los cinco sentidos buscando la percepción del otro; lo observas, primero sus ojos, la ventana del alma; reconoces su olor a pesar de que te acostumbraste a este; escuchas todo lo que tiene que decirte, su respiración, sus sonrisas y carcajadas, su manera tan tierna de decir sí o no; sientes sus piernas sobre las tuyas, su mano encima de tu pecho y su rostro recargado en tu hombro, después su cuerpo encima del tuyo y a la inversa; juntas tus labios con los suyos, los llevas hacia sus mejillas, y luego desciendes hasta el cuello y hacia un lado a los hombros, distingues su sabor, un poco salado y otro poco a su esencia, recorres los brazos hasta la punta de los dedos de la mano y de regreso, después la espalda, esa parte que parece olvidada y que al mismo tiempo no lo es, puesto que muchas películas la muestran como símbolo de sensualidad y romance, te trasladas por la espalda del mismo modo que con hombros y brazos, hasta la punta del último dedo del pie y retrocedes sin olvidar cada relieve de ese mundo en el que vives en ese instante, después frente a frente, los sentidos se intensifican y comienzas la hiperventilación inconsciente hasta llegar al cenit de placer, deseas que sea infinito.

Echas un vistazo al refrigerador, indagas en el compartimento de las verduras y con suerte encuentras lo necesario para preparar la segunda comida del día, sabes que es una comida sencilla, albóndigas o bisteces empanizados, es lo que se te ocurre con lo que tienes a la mano, lo único que deseas es que lo disfrute más que la comida rápida que pensaban buscar, que la haga más feliz. Los papeles cambian, ella se propone ayudarte como sea y en el más mínimo detalle, la diferencia, ella lo hace sin distracciones y a la perfección, aceptas que te auxilie en pequeñas tareas, con poco recelo porque quieres hacer esto para ella, sin embargo, sabes que ambos se emocionan al hacerlo juntos, es por eso que no te niegas, además, es su turno de seleccionar qué tipo de música escucharán los dos durante el proceso y prefieres tenerla cerca para ver y escuchar de nuevo su canto, tierno y gracioso al mismo tiempo, muy bueno a la vez, tiene esa aura que no encuentras en cualquier persona, por lo que no puedes evitar sonreír al observarla con detenimiento.

Las acciones durante la comida, no difieren mucho al desayuno, pláticas, risas, música, mirar algún vídeo o silencios cómodos, levantan los platos, vasos y demás instrumentos utilizados tanto en la mañana como en la tarde, nadie los lava, es un día libre. Buscan algo cómodo para salir, llegan a su destino y comienzan un juego que ambos conocen porque desde el primer día lo impusiste de manera democraticamente autoritaria con una sola pregunta: "¿te parece?". Entonces recorren el primer pasillo hasta llegar al punto de "seriedad" y como si fuera un trabajo repiten paso a paso lo que hicieron la última vez que estuvieron ahí, salen por un camino y regresan por el otro avanzando y acumulando lo que creen necesario, y a veces lo que no, para satisfacer sus necesidades por un tiempo. Terminan todo el trabajo y toman el camino de vuelta a su morada, al momento de abrir las puertas y antes de entrar te preguntas con una risa interna y una leve sonrisa disimulada en forma de exclamación: "¡¿cómo carajo puede ser tan divertida una ida al supermercado!?" pues nunca pudiste encontrar la seriedad en la tienda, en ningún pasillo.


Nunca se aguanta las ganas de lavar los trastes porque sabe que tu no lo harás, te sientes culpable y sabes que tienes que cambiar, abres las bolsas del súper para distribuir por toda la casa los artículos que seleccionaron, te gusta acomodar la despensa y ambos saben que eres ordenado por lo que no le molesta que realices ese trabajo y que, de nuevo, muestres recelo a la hora de ofrecerte su ayuda. La noche se empieza a hacer corta para ambos y sin pensarlo o decirlo, preparan la cena, meten las palomitas al microondas, destapan las cervezas y acomodan los asientos, abres la discusión de siempre que tarda horas si es que acordaron ver una película o agrandas la pantalla pronto para ver el siguiente capítulo de la serie que no se perdonarían si vieran sin el otro. Curiosamente, la duración de tal episodio se alarga porque, pese a que en todo el día no pararon las risas, lo vuelven a hacer mientras observan aquella pantalla, además siempre hay pausas, ya sea para ir al baño, porque no escuchaste alguna parte importante, para buscar otra 'chela' en la nevera y por la nunca faltante e imperdonable búsqueda de un postre (sí, las palomitas son parte de la cena, no un postre).

Por fin termina el entretenimiento digital y acuden al cuarto ya que están cansados, pero eres enérgico y sabes que será tu cómplice, simulas un pequeño golpe en su abdomen, no responde, vas por el segundo o te aventuras a patear delicadamente su pantorrilla o su pierna, entonces responde con una patada que pareciera calculó con toda la sabiduría para que sea de la misma magnitud pero falla, te burlas, la golpeas con las puntas de los dedos en el brazo como si la quisieras acariciar fuertemente, te vuelves a burlar cuando falla su segundo, tercer y cuarto intento, ahora rozas su cachete con tus dedos y empieza la lluvia de golpes en tus brazos y abdomen, duele, pero jamás te enojarías, te ríes. La dejas un pequeño rato y toma su cepillo de dientes, entonces recuerdas que no te bañaste en el transcurso del día, piensas que ya es hora, no obstante la miras, es un imán de tu atención, buscas un segundo 'pleito' y lo logras, sabes que es peligroso ya que no ha dejado su cepillo de dientes y lo mantiene en la boca mientras pelea contigo, sin embargo, es mas gracioso verla reír sosteniendo el mismo con los colmillos buscando que la pasta no resbale por sus labios, sigues el juego cuidando sobretodo que no le pase nada, ahora eres más indefenso por eso, pero te gusta, se tiran a la cama y juegan el rato que ella te lo permite aunque ya haya dejado su cepillo en el lugar que le corresponde.

Ahora, cada quien comienza con lo suyo, abres las llaves de la regadera con pesar ya que insistió en que no lo hicieras, procuras no tardarte pues te está esperando, te secas con la toalla y te encuentras con ella y con la sorpresa de que como cada noche, ya no está despierta, no es el primer momento del día en que la ves dormida, pero lo disfrutas como si lo fuera.

Se queda recostada en su cuarto. Sales.

Estás sentado en el comedor de tu casa bebiendo cerveza mientras recuerdas los maravillosos momentos que han vivido juntos.


 Mario Morales

domingo, 31 de marzo de 2019

De los grandes científicos a través de la historia

Desde la antigüedad hasta nuestros tiempos, el rol que desempeñan los científicos en la sociedad ha cambiado, han sido vistos como sabios y como herejes. Las funciones que han desempeñado han sido variadas, algunos se han dedicado en su totalidad al desarrollo y creación de conocimiento y otros han tenido que laborar desde el ámbito político hasta ayudar a ganar guerras desde puestos militares. La vida de algunos podría parecer llena de carencias, mientras la de otros parece tener el camino dorado para el desarrollo de la ciencia. Ellos, junto con la ciencia, han ido evolucionando, han cambiado sus paradigmas y han llegado a donde no sabíamos que se podía llegar. 

   Estudiar a cada uno de ellos y su obra sería una labor titánica, mas no sería en vano. Algunos podrían tener contribuciones pequeñas y una vida sin muchos sobresaltos; pero aquellos cuyos nombres rápidamente hacen sinapsis en nuestras memorias resultan magníficos ejemplares de estudio. Aventurarnos en sus mentes tratando de desenredar el hilo que siguieron para llegar a los resultados que cambiaron al mundo o ver la cotidianeidad y simplicidad de sus vidas, en algunos la excentricidad y complejidad, para así tratar de justificar aquellos resultados. Mas, sería injusto decir que son iguales todos ellos, que se pueden definir con un grupo de características, y quienes las tengan serán grandes científicos que revolucionarán el mundo. 

   A continuación, presentaré un compendio de las cualidades que comparten los científicos más grandes que ha tenido la humanidad. Un intento forzado de encontrar qué tenían en común aquellos a quienes llamamos genios, por ello la primer cualidad de la que hablaré será: la genialidad.

La genialidad


¿Es necesario ser un genio para ser científico? La respuesta puede variar dependiendo de a quién se le pregunte, alguien con altos índices de narcisismo dirá que es un requisito indispensable y otro que guarde algún rencor nos hará saber que no era tan difícil eso que consiguió aquel. Sin embargo, después de estudiar la historia, obra y vivencias de algunos científicos a través de la historia, hemos de encontrar afirmaciones y negaciones de nuestras supersticiones. 

   Luego de andar entre biografías y de convivir por más de tres años con mis compañeros de carrera he encontrado ambos perfiles, pero me he cruzado a pocos genios. Sería injusto para algunos considerar que necesariamente se debe pertenecer a una de las dos categorías o asumir que no hay nada en medio; pero cuando hablamos de los genios, de aquellos que han revolucionado al mundo, que han cambiado paradigmas y han replanteado verdades, las características que los definen suelen no ser fáciles de vislumbrar. Parecen no ser fáciles de encajonar taxonómicamente. 
Newton Cartoon
Sir Isaac Newton

   Entonces debemos refugiarnos en la única característica que en un inicio parecen compartir, aquella que parece no repetirse con regularidad y que va de un lugar a otro buscando portadores: la genialidad. Suena redundante, y sí, un genio es aquel que tiene genialidad, esa intrínseca capacidad de crear cosas nuevas de reinventar lo existente, de ver todo de una manera distinta, de juntar lo que ya está ahí para decirnos algo que no. Finalmente científicos hay muchos, y pueden ser de muchas maneras, pero análogamente los genios pueden ser de muchas formas, pero, no suelen ser muchos. Aunque tengamos nombres como Euler, Lagrange, Hooke, Huygens… en la historia de la mecánica y sin duda alguna sus contribuciones son de gran importancia, hay un nombre que propios y ajenos al mundo de la ciencia reconocen: Isaac Newton. 

   Un genio sin comparación alguna en el mundo, alguien que creó lo necesario para dar al mundo una nueva física. Atrás de él, retumban nombres como Galielo Galieli y Kepler; los tres encontraron formas de decir eso que ya había sido dicho, de una manera distinta, más general… más completa. Cambiaron la forma en la que vemos al mundo y lo estudiamos. Son hasta el siglo XVII ejemplos puros de genialidad. En su obra podemos ver pasajes completos de dicha cualidad, mostrándose algunas veces a escondidas y otras veces con galante pompa. Tal es que ello nos conduce a la siguiente característica.

El trabajo y la perseverancia.


Kepler Cartoon
Johannes Kepler
Es sabido que el arduo trabajo rinde frutos en general a cualquier persona que lo lleve a cabo, algunas veces es porque “no queda de otra” y otras es el simple deseo de cumplir una meta. Y aunque parece que he tornado mi discurso en un semblante de autoayuda, es necesario mostrar que la genialidad no fue el único requisito para conseguir logros sin precedentes. Pensemos en Kepler y la infinidad de cálculos que debió realizar para llegar a las órbitas en forma de elipse, para resolver el problema de la trayectoria de los planetas; o las muchas repeticiones de Galileo de sus experimentos para encontrar las relaciones numéricas de la dinámica y la cinética.

   Caeríamos en un error si suponemos que los científicos llegaron por azar o casualidad a los resultados que los hicieron famosos, pensar que fue un chispazo de genialidad o que les tomo un sólo día conseguirlo. Si regresamos al británico, Sir Isaac Newton, vemos que sencillamente la invención del cálculo o las innumerables demostraciones matemáticas contenidas en el Principia Mathematica, son el producto de un trabajo que requirió algunos años de esfuerzo. Recordemos la famosa frase, no original de Newton pero dicha por él: “Si he logrado ver más lejos es porque he subido a hombros de gigantes”. De ahí podemos extraer algo más, la perseverancia de toda la comunidad científica.


   Una revolución no ocurre en un día y necesita más de un evento para que ocurra. Cuando Copérnico planteó la idea de un sistema heliocéntrico, estoy seguro de que no tenía idea alguna de los cambios que provocaría en el mundo; además durante los subsecuentes años, trabajaron arduamente en la demostración del modelo, ampliaron las ideas y manejaron las consecuencias de dichos planteamientos. De la misma forma ocurrió con la mecánica Newtoniana, años después de su aparición, surgieron grandes nombres que la trabajaron incansablemente hasta pulirla y dejarla como lo que hoy en día conocemos.

   Finalmente no se rindieron, permanecieron trabajando. Algunas veces, como podemos ver en el caso de Kepler, los resultados no fueron los esperados y tuvo que repetir e intentar más de un método de resolución distinto, hasta por fin encontrar el camino y así llegar a la solución. Aparece entonces otra cualidad, que viene de la mano con permanecer trabajando sobre un mismo tema mucho tiempo.

La valentía


Podría utilizar una cantidad inmensa de adjetivos para describir lo siguiente, pero siendo mi apreciación, todo ello se puede resumir en la cualidad que muchos presumen pero pocos demuestran. Ser valiente puede ser visto de distintas formas, quizá un infante nos refiera al héroe que derrota monstruos, alguien con mayor estadía en el mundo nos diría que el que es valiente es el que enfrenta sus miedos. Pero, ¿cómo o cuándo es valiente un científico?

   La historia de la humanidad ha estado envuelta en sábanas de creencias y en velos de religiones, algunas veces los dioses que los humanos se han inventado han suplicado por la creación de conocimiento y en otras ocasiones han pedido a sus creaciones abstenerse a creer en el libro que nos han dejado. De las épocas de gloria en la antigua Grecia al oscurantismo del medievo, el conocimiento ha avanzado algunas veces a pasos agigantados y otras veces se ha escurrido en silencio sin causar mayor revuelo. Pero para asombro de muchos, la curiosidad del hombre por saber más sobre lo que existe y lo que no, nunca ha cesado. Por ello aunque fueran quemados o enviados al exilio, siempre han existido valientes soldados del saber que han muerto y vivido por la ciencia.
Coopernico Cartoon
Nicolás Copérnico

   Pero regresando a los genios, a los grandes nombres que cambiaron el mundo, nos encontramos con eso: cambiaron al mundo, y eso no siempre es fácil o aceptado. Tuvieron que luchar contra paradigmas y reglas para poder presentar un modelo mejor o una idea más completa. Pensemos en Galileo, y aunque conociendo la historia podemos decir que fue orgullo o su ego lo que lo llevo a seguir trabajando con el modelo copernicano y no una valentía como tal, pero al final del día, fue valiente. Y no sólo presentó su trabajo también, aunque derrotado por la Iglesia, reanudó su trabajo de la física terrestre. No renunció y aceptó la mayor humillación, sin ser quizá el acto de valentía que exigen los estándares del séptimo arte, es el mejor acto de valentía que un científico en aquella época pudiera realizar.

   Ser valiente, quizá ahora, no suene tan importante, pero la historia de la humanidad nos dice que muchas veces ponerse en contra de un paradigma o un dogma religioso era ponerse una sentencia de muerte. Desafiar a los dioses o a los antiguos sabios era un acto de valentía sin duda. Y sí, aquellos genios cuyos nombres serán recordados por la eternidad, lo fueron.

   Pensemos en un último ejemplo de la presente cualidad, con tintes más humorísticos: la historia de cómo fue que Kepler se adueñó de los datos de Tycho Brahe tras su muerte. Recordar que para hacerse de ellos se los tuvo que robar y ‘mentirle’ a la familia de Tycho durante muchos años sobre su devolución, no cualquiera se atrevería a robar y menos a un hombre recién fallecido. Pero es ese el acto de valentía de Kepler, pues pudo haber sido juzgado por dicho crimen. Llegando así a la última cualidad que trataré en el presente ensayo, dicho debe de ser, que como tal no puede ser considerada una cualidad, es la mera casualidad de existir simultáneamente.

La fortuna


Sencillamente apareció; estar en el lugar indicado en el momento adecuado, algunas veces no fue otra cosa que suerte, debieron cruzarse mil factores y antecedentes. Algunos dirán que fueron los dioses que así lo querían, o el espíritu del conocimiento que no encontró otro camino. Podrían pasar decenas de años sin un cometa surcando los cielos pero cuando apuntaron al cielo con aquel nuevo instrumento de lentes aparecieron. La fortuna o suerte, es eso que no viene de ellos, no la trabajaron ni nacieron con ella, algunos de los grandes científicos murieron sin conocerla o tenerla de frente.

   Pero tampoco podemos negar que estuvo ahí, algunas veces al recorrer las leyendas y los mitos en torno a los científicos y sus hallazgos nos encontramos con casualidades que no podemos acreditarlas a ninguna otra cosa que no sea la suerte. Y la ciencia es así, llena de trabajo y con una pizca de fortuna y suerte.


Galileo Galilei
Galileo Galilei

Finalmente las grandes mentes, los que han dado forma y sentido a la palabra ciencia, a quienes les agradecemos el conocimiento, las leyes, los métodos… Han tenido mucho de la primera cualidad, se encargaron de demostrarnos que sin la segunda no habrían llegado tan lejos, que las muestras de eso que nosotros definimos como la tercer cualidad no necesariamente tienen esa forma o vienen con esa presentación y finalmente podemos decir que una pizca de la cuarta no-cualidad, puede ser suficiente para llegar ahí. Los grandes científicos pueden aparecer en cualquier momento o en cualquier lugar, venir de cualquier familia o sufrir cualquier desgracia, pero sin duda son geniales, trabajan arduamente y son perseverantes, en algún momento son valientes y finalmente algún día se cruzan con un golpe de suerte.


Agradecido con el Dr. José Marquina, a quien le debo un extraordinario curso de "Historia de la Física" y un aumento exponencial en mi gusto por la historia y por la ciencia.
Lord Bastian Marek





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